“Estupendo, hemos incorporado el ingrediente X en el producto Y. ¿Cuánto vamos a tardar en introducir el ingrediente X en más líneas de productos?”. Esta pregunta es una constante entre los directores de marketing de productos de los sectores de la alimentación y los bienes de consumo.
Los ingredientes populares pueden ser difíciles de incorporar en un único tipo de producto, pero el uso multifuncional da a los consumidores más oportunidades de encontrar y utilizar el ingrediente del momento. El aroma (u olor), la textura, el sabor, la solubilidad y la estabilidad desempeñan un papel importante en los posibles usos de un ingrediente en diversos alimentos y productos de consumo. Entre las tendencias actuales en el ámbito de la alimentación, se incluyen los sustitutos proteínicos de origen vegetal (hamburguesas, perritos calientes, lácteos, etc.), los agentes colorantes naturales y los ingredientes funcionales. En los productos de alimentación, han surgido dos escuelas de pensamiento en lo tocante a las texturas y la experiencia: una que acepta la diferencia y se centra en optimizar la textura y la sensación en la boca específicas del sustituto de la carne, y otra que trata de que el sustituto replique la experiencia que se tiene al comer carne. En el terreno de los cosméticos y los cuidados personales, los ingredientes funcionales con propiedades que revitalizan la piel son el último grito. Algunos ingredientes que se consideran seguros para la alimentación se usan como excipientes en productos farmacéuticos. Conocer de antemano un ingrediente innovador y las sustancias con las que se puede formular ayuda a acortar los plazos de comercialización. Los datos de CAS Formulus inspiran ideas basadas en la experiencia de otros formuladores de distintos sectores que se pueden aplicar a nuevos productos. En esta entrada del blog, exploraremos la espirulina: su historia, su auge moderno y los desafíos que se deben resolver para incorporar este ingrediente sostenible a numerosos productos.
Para aprender sobre una tendencia actual, no hay nada como recurrir al pasado
Muchos ingredientes que ahora están de moda no son precisamente nuevos. La espirulina, por ejemplo, fue identificada por los aztecas como fuente de proteínas rica en nutrientes que se consumía durante los viajes. No se empleaba en su forma actual, como polvo procesado, sino de una manera más natural: como una pasta cremosa para untar. La espirulina desapareció casi por completo de México cuando se drenó el lago Texcoco. Si damos un salto hasta el presente, encontramos la espirulina en artículos que van desde los cosméticos hasta los productos farmacéuticos y la agricultura, además, por supuesto, de la alimentación. La figura 1 muestra la variedad de aplicaciones de la espirulina que se han identificado en CAS Formulus para estos sectores. Es evidente que los fertilizantes son una aplicación popular de la espirulina, pero también podemos encontrarla en productos de consumo como los protectores solares. En un momento en el que los filtros sintéticos de UV han perdido el favor de los consumidores, la espirulina, que tiene propiedades naturales de absorción de la radiación UV gracias a componentes como los flavonoides, está presente en un número cada vez mayor de protectores solares.

Además de su uso en protectores solares, la espirulina tiene propiedades beneficiosas para el cuidado de la piel, con efecto antiedad, antiinflamatorio, iluminador e hidratante. En particular, cuando se usa como hidratante, la espirulina mejora la salud epidérmica, ya que contribuye a prevenir la pérdida de agua. Las mascarillas faciales, las lociones limpiadoras y los aerosoles para el pelo son solo algunos de los productos de cuidado personal disponibles en el mercado que contienen espirulina.

Resurgimiento como tendencia moderna

Los datos de patentes y revistas contenidos en CAS Formulus nos ayudan a observar las tendencias de los ingredientes de las formulaciones y a identificar maneras de resolver los retos de formularlos. Si observamos el uso de la espirulina en productos de alimentación, farmacéuticos, de cuidado personal y cosméticos, vemos que los productos farmacéuticos y de cuidado personal han experimentado un enorme aumento a lo largo de los diez últimos años (figura 2). Y, dada la creciente aceptación de este ingrediente a base de algas por parte de los consumidores, la adopción se está extendiendo a diversos sectores. Esto también indica que algunos de los desafíos asociados al trabajo con la espirulina parecen haberse resuelto. ¿Sería imaginable usar una mascarilla facial de espirulina si su olor natural se notase mucho? Y, sin embargo, su uso en aplicaciones de cuidado personal va en aumento. Eso nos permite estudiar la experiencia de otros formuladores para aprender a combinar la espirulina con otros ingredientes que suavicen el olor.
Espirulina: un ingrediente limpio (y muy bonito)

Algunos chefs están usando la espirulina no por sus beneficios nutricionales y para la salud, sino por su llamativo color natural. La espirulina, clasificada como “generalmente segura” por la FDA de Estados Unidos, da un precioso color azul natural producido por una proteína, la ficocianina. Debemos señalar, no obstante, que algunos usos requieren que se clasifique como aditivo de color aprobado por la FDA. El aspecto natural plantea algunos desafíos al trabajar con la espirulina y hace que sea esencial tener cuidado con la exposición a altas temperaturas y a ácidos. Las golosinas no tienen por qué incluir ingredientes “basura”; muchas personas son cautelosas con respecto al origen y la calidad de los ingredientes de todos los alimentos que consumen. La espirulina ofrece una alternativa limpia para la elaboración de golosinas y les da, además, colores vistosos. No se usa exclusivamente de forma aislada, se puede combinar con otros colorantes naturales para obtener más colores.
Recientemente, un extracto del compuesto hemo de la espirulina ha encontrado una nueva aplicación como aditivo que da color, olor, textura y sabor a las carnes de origen vegetal. Esta aplicación ayuda a simular la experiencia asociada a la ingesta de carne animal. Esto ayuda a introducir prácticas alimentarias más sostenibles y atrae a más proveedores al mercado de las carnes de origen vegetal.
Ante la preocupación creciente por los ingredientes naturales y la salud —dos características de la espirulina—, se ha incluido también en los suplementos dietéticos empleados por la NASA para sus astronautas, y en 2021 la Universidad de Florida llevó a cabo un experimento centrado en el cultivo de la espirulina en el espacio. No solo es una fuente rica en proteínas, sino que también ha demostrado tener efectos antiinflamatorios.
Formulaciones sostenibles
Al margen de su uso en aplicaciones de alimentación y cosmética, se ha demostrado que la espirulina es beneficiosa para la agricultura. La biomasa de la espirulina, un producto del tratamiento del agua en la acuicultura, se usa como fertilizante orgánico. Esto pone el foco en un importante beneficio de la espirulina: es, además, un ingrediente sostenible. Tolera diversas condiciones de cultivo, como el agua salada, sin requerir estimulantes para el crecimiento ni protección con pesticidas químicos agresivos, lo que ayuda a mantener una huella medioambiental reducida durante todo su ciclo de vida, desde el cultivo hasta la creación de los productos. Esto es algo que hemos tenido que reaprender: al examinar la ubicación en el que se encontraba el lago Texcoco después de que fuera drenado, comprobamos que no proporcionó las tierras de cultivo fértiles que habríamos deseado.
La espirulina resulta útil en los cultivos orgánicos y ha demostrado su capacidad para favorecer el crecimiento vegetal, incluido el de las verduras de hoja. En un estudio financiado principalmente por la Unión Europea, los biofertilizantes que contenían espirulina demostraron un rendimiento superior (hasta en un 33 %) al de los fertilizantes NPK sintéticos. Ante las predicciones que hablan de un aumento de la población mundial y del correspondiente incremento de la demanda de alimentos, la espirulina puede contribuir a la solución mejorando el rendimiento de las cosechas sin ampliar la superficie cultivada y dando mayor flexibilidad a la actual estrategia de uso de fertilizantes NPK. Con frecuencia, asociamos lo “orgánico” con lo “caro”. ¿Es así también en el caso de los fertilizantes a base de espirulina? Sus condiciones de crecimiento y una vida útil superior a la de los materiales fertilizantes orgánicos que contienen componentes de origen animal pueden ayudar a compensar el modesto incremento de los costes.
Los humanos llevan siglos usando la espirulina, cuyo valor seguirá aumentando a medida que se demuestre su potencial como ingrediente natural y sostenible con numerosas aplicaciones. Sin embargo, como sucede con otros ingredientes innovadores, debemos aprender a desarrollar diversas aplicaciones para maximizar los beneficios derivados de su sostenibilidad y su funcionalidad en distintos sectores del mercado. Es esencial aprovechar los datos de las formulaciones para conocer las aplicaciones, propiedades y funciones de los ingredientes de moda.
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