¿Qué descubrimientos científicos están a punto de ampliar su alcance o convertirse en comercialmente viables a escala en 2026? Nuestro equipo científico de CAS ha identificado ocho tendencias emergentes que abarcan el desarrollo de fármacos, las energías renovables, la agricultura inteligente y mucho más. Los descubrimientos científicos en estas áreas las preparan para ser algunos de los desarrollos más impactantes que veremos en el próximo año. Estas perspectivas se basan en gran medida en la investigación efectuada dentro de la CAS Content CollectionTM, el mayor repositorio de información científica curado por humanos, y nos complace compartir nuestras ideas sobre estas tendencias para 2026.

Las células solares híbridas amplían los sistemas de energía renovable a pequeña escala
Las células solares de perovskita en tándem —aquellas compuestas de perovskita y silicio— han alcanzado eficiencias de conversión de energía superiores al 34 %, una mejora significativa respecto a los paneles comerciales existentes basados en silicio que pueden alcanzar alrededor del 24 %. Estas mejoras en la eficiencia se deben a los descubrimientos en la pasivación de la interfaz, el ajuste de la composición con rubidio y cesio, y la mejora de la estabilidad.
Por lo tanto, las células solares de perovskita-silicio permiten generar más energía por metro cuadrado, lo que hace viable la energía solar en entornos con limitaciones de espacio, como tejados más pequeños y vehículos en los que no caben los paneles fotovoltaicos tradicionales. También facilitan el desarrollo de instalaciones solares portátiles.
Los tándems híbridos también se basan en la infraestructura fotovoltaica de silicio existente en lugar de sustituirla, lo que proporciona un camino más rápido hacia la comercialización y más opciones en la cadena de suministro. Por el contrario, las células solares de perovskita pura se enfrentan a problemas de degradación y estabilidad. Los fabricantes de células solares híbridas ya han logrado eficiencias listas para la producción en masa, y se espera que las primeras versiones comerciales lleguen al mercado en 2026. Con estas innovaciones de vanguardia, la energía solar portátil podría llegar pronto a los hogares y vehículos de todo el mundo.

Fármacos dirigidos a los canales de sodio que proporcionan alivio del dolor sin opioides
Las cifras de muertes relacionadas con los opiáceos han empezado por fin a descender, pero más de 50 000 estadounidenses siguieron muriendo por sobredosis de opiáceos, según los datos más recientes. A pesar de estas alarmantes cifras, las alternativas eficaces y no adictivas para el dolor moderado a intenso han seguido siendo esquivas. Sin embargo, tras la aprobación por la FDA de la suzetrigina (Journavax) en enero de 2025, se renuevan las esperanzas de un alivio del dolor sin opiáceos como gran descubrimiento científico en 2026.
La suzetrigina es el primero de una nueva clase de fármacos que bloquea selectivamente los canales de sodio NaV1.8 que se encuentran exclusivamente en las neuronas periféricas sensibles al dolor. A diferencia de los opiáceos, que actúan sobre el sistema nervioso central y conllevan riesgos de adicción, o de los antiguos bloqueantes de los canales de sodio, que afectan al corazón y al cerebro, la suzetrigina consigue una selectividad de más de 31 000 veces para las vías del dolor, al tiempo que preserva otros tejidos. Además, puede que el NaV1.8 no sea el único objetivo: los investigadores también están estudiando moduladores de otros canales de sodio como el NaV1.7 y el NaV1.9.
Los ensayos clínicos demostraron un alivio del dolor comparable al de los opiáceos para el dolor posquirúrgico y agudo sin depresión respiratoria, sedación ni potencial de abuso. Varias empresas farmacéuticas, como Pfizer, GSK y Vertex Pharmaceuticals, entre otras, están avanzando ahora en el desarrollo de inhibidores similares del NaV1.8, lo que supone la primera gran innovación en el tratamiento del dolor en más de 20 años.

Los avances en el reciclaje acercan la ropa sostenible al mercado
La industria textil genera 132 millones de toneladas de fibra al año, más del doble de lo que se producía hace 25 años. Gran parte de este aumento se debe al uso de materiales basados en combustibles fósiles, como los poliésteres, que también generan importantes residuos y emisiones de CO2. Solo el 8 % de las fibras proceden de fuentes recicladas en la cadena de suministro de ropa, y una de las razones es que muchos tejidos mezclan algodón y poliéster de forma que impiden su separación.
Investigadores de Avantium y de la Universidad de Ámsterdam han desarrollado recientemente un proceso de reciclaje innovador que puede resolver este problema. Su reciclaje químico secuencial utiliza ácido clorhídrico altamente concentrado (43 % en peso de HCl) a temperatura ambiente para separar el algodón y el poliéster en los textiles de desecho mezclados. Hasta ahora, ha logrado una tasa de recuperación del 75 % del algodón en forma de glucosa y del 78 % de los monómeros de poliéster. La tecnología se trasladará a una planta de demostración en 2026 con operaciones a escala comercial de 100 000 toneladas anuales previstas para finales de la década.
El momento es crítico: las normativas de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) que entraron en vigor en los Países Bajos en enero de 2025 ahora exigen legalmente a las marcas de moda que paguen por el procesamiento de los residuos textiles, lo que crea un incentivo económico inmediato para adoptar tecnologías de reciclaje que conviertan los residuos en materiales de calidad virgen en lugar de reciclarlos a la baja o depositarlos en vertederos. La legislación RAP también está avanzando en varios estados de EE. UU. junto con normativas específicas para el textil. Por lo tanto, esta innovación en el reciclaje podría ayudar a los productores de ropa sostenible a cumplir los nuevos requisitos al tiempo que abordan el problema de los residuos textiles.

Los descubrimientos de biomarcadores guiados por la IA hacen avanzar las opciones de tratamiento del cáncer
Los biomarcadores, como las proteínas, el material genético, los exosomas y otros, son importantes para la detección precoz del cáncer. La detección precoz aumenta las tasas de supervivencia del cáncer, pero la tecnología impulsada por la IA puede ser capaz de ir más allá de la detección para llegar a la predicción.
Un reciente descubrimiento de AstraZeneca y Tempus AI demostró cómo puede el aprendizaje contrastivo hallar biomarcadores que pronostiquen la respuesta al tratamiento. Su marco de modelado predictivo de biomarcadores (PBMF, por sus siglas en inglés) mejoró la selección de pacientes en ensayos clínicos retrospectivos de inmuno-oncología, obteniendo un beneficio de supervivencia del 15 % con respecto a los diseños tradicionales mediante un modelo de conjuntos que incorpora modelos de lenguaje extensos (LLM, por sus siglas en inglés), IA generativa y aprendizaje automático tradicional.
Este cambio señala una redefinición más amplia del diagnóstico, desde la identificación de la enfermedad hasta la orientación precisa de las decisiones terapéuticas. Los investigadores también han avanzado en el uso de modelos de aprendizaje automático para predecir las respuestas a la inmunoterapia con inhibidores de puntos de control inmunitarios (ICI), por ejemplo. Esperamos ver una inversión continuada en estas herramientas predictivas y un mayor desarrollo de la atención oncológica impulsada por la IA como una de las principales tendencias científicas en 2026.

Tecnologías alternativas de baterías que comercializan el almacenamiento de energía renovable
Para que la transición a las energías renovables tenga éxito, debemos almacenar la electricidad generada durante horas o incluso días. Las nuevas tecnologías de baterías basadas en la ciencia de los materiales están superando a las actuales baterías de iones de litio (LIB) en coste y disponibilidad de materiales, y en 2026 varias opciones estarán listas para su comercialización a la escala que necesitan las empresas de servicios públicos:
- Baterías de metal-aire: las nuevas tecnologías de baterías utilizan metales abundantes que no tienen las limitaciones de suministro del litio. Por ejemplo, las baterías de hierro-aire se basan en la oxidación reversible del hierro. En 2025, Form Energy empezó a fabricar estas baterías a escala, lo que permite almacenar energía para varios días utilizando materiales abundantes y no tóxicos como el hierro, el agua y el aire. Con capacidad para almacenar electricidad durante hasta 100 horas, son lo bastante duraderas como para sustituir a las centrales eléctricas de punta basadas en combustibles fósiles y estabilizar las redes con gran cantidad de renovables. Otro avance reciente son las baterías de zinc-aire, que ofrecen una alta densidad energética y una larga vida útil. También utilizan materiales respetuosos con el medio ambiente y ampliamente disponibles.
- Baterías de iones metálicos: Al igual que las baterías de metal-aire, las baterías de iones metálicos tienen una cadena de suministro más sencilla que no depende del litio. La tecnología de iones de sodio es un ejemplo que ahora está alcanzando un punto de inflexión comercial. Estas baterías tienen tasas de descarga más altas y menor riesgo de incendio que las LIB, y funcionan bien en medioambiente extremadamente calientes o fríos. Otras tecnologías incluyen las baterías de iones de zinc, que son más seguras y económicas que las LIB, y las baterías de iones de magnesio, que tienen casi el doble de capacidad volumétrica de las LIB.
La energía limpia recientemente ha alcanzado el 40 % de la generación mundial de electricidad, y el almacenamiento de energía renovable será crucial a medida que continúe la transición energética. Los descubrimientos científicos en las baterías señalan un cambio estructural: la electricidad almacenada ya no es un complemento de los combustibles fósiles, sino que se está convirtiendo en la base de nuestra infraestructura energética moderna del mundo real.

La agricultura editada por CRISPR desbloquea cultivos tolerantes a la sequía para la seguridad alimentaria
A medida que se intensifica la volatilidad del clima, los investigadores recurren a la mitad oculta de las plantas —el sistema radicular— para desarrollar cultivos que puedan prosperar bajo el estrés de la sequía. Los equipos que utilizan CRISPR/Cas9 y herramientas de edición de bases modificaron con éxito los genes de la arquitectura de las raíces en el arroz, el trigo y el maíz para promover una absorción de agua más profunda y eficiente sin comprometer el rendimiento. Estas modificaciones se dirigen a rasgos como el ángulo y la profundidad de las raíces, lo que permite a las plantas acceder a la humedad desde capas más profundas del suelo.
A diferencia de la mejora tradicional, que puede tardar décadas en fijar tales rasgos, la edición genética permite el desarrollo preciso y rápido de cultivares resistentes a la sequía adaptados a geografías específicas. Este método también es menos problemático que otras formas de modificación genética en los cultivos.
Los organismos modificados genéticamente (OMG) implican la transferencia de genes de diferentes especies, lo que ha suscitado la preocupación de los consumidores por los efectos no deseados en las plantas que entran en nuestro suministro de alimentos. La tecnología CRISPR, sin embargo, solo modifica los genes del genoma actual de la planta; no introduce genes de otras especies.
Ya se están ejecutando ensayos de campo con plantas editadas con CRISPR, y los primeros resultados muestran un aumento del rendimiento. A medida que evolucionan los marcos normativos y aumentan las presiones climáticas, la edición genética centrada en las raíces se perfila como la piedra angular de una agricultura climáticamente inteligente a largo plazo.

La biomanufactura sin células posibilita herramientas de diagnóstico en el punto de atención
Una de las principales tendencias científicas para 2026 en biotecnología es el desarrollo de la biomanufactura sin células. Estos sistemas pueden producir proteínas, enzimas o sustancias químicas a demanda sin organismos vivos ni tanques de fermentación.
Investigadores estadounidenses financiados por DARPA y NSF han construido sistemas modulares liofilizados, mientras que empresas mundiales como LenioBio han desarrollado sistemas de producción de proteínas sin células para impulsar el descubrimiento de fármacos y el desarrollo de vacunas. Las universidades europeas también investigan cómo puede el aprendizaje automático mejorar aún más el proceso.
Estas plataformas sin células son más rápidas, estables y fáciles de ampliar que los sistemas tradicionales gracias a los avances en la compartimentación de las reacciones y la regeneración de la energía. Al desvincular la biología de los biorreactores, abren la puerta a una producción portátil, programable y en tiempo real para diagnósticos, terapias y materiales sostenibles, en cualquier lugar donde se necesite biología, pero las células sean un lastre.
Esta nueva tecnología de diagnóstico podría mejorar la respuesta de emergencia, especialmente en entornos con recursos limitados, creando terapias en el punto de atención, acelerando las pruebas de laboratorio o proporcionando capacidades de pruebas móviles. En 2026, estos sistemas podrían pasar de los kits de laboratorio a las plataformas piloto, con aplicaciones que se extenderían a la atención sanitaria, la biocatálisis industrial y la fabricación lista para su uso sobre el terreno.

Sensores IoT y revestimientos inteligentes que permiten la autocuración de las infraestructuras
La corrosión le cuesta a la economía mundial más de 2,5 billones de dólares al año, con puentes, tuberías y estructuras marinas que requieren constantes reparaciones reactivas. La combinación de la tecnología emergente del Internet de las cosas (IoT) con los materiales autorreparables existentes es un descubrimiento puntero en 2026 en la ciencia de los materiales que podría inclinar las industrias hacia un mantenimiento predictivo para todo tipo de infraestructuras basado en el análisis de datos en tiempo real. A medida que aumentan las presiones normativas, la adopción industrial de esta tecnología cobra impulso.
Los recientes avances en la ingeniería de microcápsulas, como la estabilidad de la cubierta, los mecanismos de liberación controlada y la química de los agentes curativos, permiten ahora que los revestimientos autorreparables sobrevivan a la aplicación industrial y funcionen con fiabilidad en entornos difíciles. Cuando se producen daños, las microcápsulas incrustadas se rompen y liberan agentes que se polimerizan para sellar las brechas en cuestión de horas. Ya se están llevando a cabo los primeros despliegues comerciales en infraestructuras de puentes, plataformas marinas y redes de tuberías. Los materiales autorreparables también tienen otros usos, como en aplicaciones biomédicas.
Esta combinación de materiales autorreparables con sensores IoT es importante porque la detección de microdaños antes del deterioro visible permite hacer el mantenimiento antes de que se produzcan problemas importantes, lo que prolonga la vida útil de las infraestructuras al tiempo que mejora la seguridad y reduce los posibles costes.
Estos descubrimientos científicos demuestran que 2026 puede ser un año crucial para las innovaciones en energías renovables, la química verde, los avances biotecnológicos, la medicina de precisión y la agricultura climáticamente inteligente. Manténgase informado sobre estas tendencias científicas emergentes suscribiéndose a CAS Insights y reciba actualizaciones semanales sobre los descubrimientos científicos que pueden tener gran impacto en 2026 y más allá.




